Hace apenas unas semanas, nos dejaba a los 76 años de edad Dick Fosbury, un atleta estadounidense que revolucionó el salto de altura en los Juegos Olímpicos de 1968 en México. Su técnica de salto, conocida como el «Fosbury Flop», se convirtió en la norma para el salto de altura moderno y ha sido adoptada por atletas de todo el mundo.

El «Fosbury Flop» consiste en saltar de espaldas en lugar de saltar de frente como se hacía anteriormente. Esta técnica permitió a Fosbury saltar más alto que sus competidores y ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 1968.

Antes del «Fosbury Flop», Fosbury luchaba por mejorar su técnica de salto de altura. A pesar de haber sido el campeón estatal en su escuela secundaria en Medford, Oregon, no lograba mejorar su salto, y llegó a ser criticado por su técnica poco convencional.

Sin embargo, Fosbury no se rindió. Continuó trabajando en su técnica y en su forma de abordar el salto de altura. Durante sus años en la Universidad Estatal de Oregon, comenzó a experimentar con saltar de espaldas en lugar de saltar de frente, algo que se consideraba un movimiento arriesgado y poco efectivo en ese momento.

Fosbury no dejó que las críticas lo desanimaran. A pesar de las dudas de sus entrenadores y de sus compañeros de equipo, continuó practicando su técnica y trabajando en ella hasta que logró dominarla.

Cuando llegó el momento de los Juegos Olímpicos de 1968 en México, Fosbury tuvo la oportunidad de demostrar su técnica innovadora ante el mundo entero. A pesar de que muchos críticos y expertos en el salto de altura seguían siendo escépticos, Fosbury se mantuvo firme y confiado en su técnica.

Y, como se sabe, Fosbury ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 1968, estableciendo un nuevo récord olímpico en el proceso. Su técnica de salto de altura, el «Fosbury Flop», se convirtió en la norma para el salto de altura moderno.

La técnica de salto de Fosbury fue considerada una disrupción en su momento, ya que rompió con la técnica tradicional de salto de altura y cambió la forma en que se enseñaba y se practicaba el deporte. Los críticos de la técnica de Fosbury creían que era peligrosa y que los atletas no podrían saltar tan alto como lo hacían con la técnica tradicional.

 

El ejemplo de Dick Fosbury es un recordatorio de que la tenacidad y la perseverancia pueden ser más importantes que la habilidad natural. Fosbury no tenía las habilidades físicas innatas de algunos de sus competidores, pero su compromiso con la mejora y su disposición a trabajar duro y experimentar con nuevas técnicas lo llevaron al éxito. Pero además es un ejemplo de cómo la disrupción puede ser un catalizador para el cambio positivo en cualquier industria o campo. Fosbury desafió las convenciones establecidas y creó una nueva forma de abordar el salto de altura, lo que resultó en un mayor rendimiento y un mayor éxito para los atletas.

En un mundo cada vez más cambiante e innovador, es importante no tener miedo de desafiar lo establecido y buscar nuevas formas de hacer las cosas. La disrupción puede ser una herramienta poderosa para impulsar el cambio y el progreso, y aquellos dispuestos a abrazarla pueden encontrar éxito y logros más allá de sus expectativas. Fosbury nos inspira a perseverar en nuestras propias metas y a no tener miedo de innovar y probar nuevas formas de hacer las cosas.

D.E.P.

 

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